domingo, 20 de abril de 2008

Ignacio Camacho: «La generación de 50 años para abajo somos hijos de Umbral»

Entrevista a Ignacio Camacho
Antonio Astorga. ABC 17 de abril de 2008



Decía Francisco Umbral que a la muerte nunca se le vence porque «está en uno mismo». El día que la parca le llamó a su seno, en el último ferragosto, Ignacio Camacho trazó una raya en el agua como Quevedo tres siglos antes, rasgando el papel en el sotabanco de los cafés para llenar su siglo de obras jocosas y escritos satíricos, críticos, costumbristas, muy plásticos de escritura, y vivos de traza. El hijo periodístico honraba con «Umbrales» al «dios padre» esculpiendo un maravilloso soneto en su columna de ABC, que ayer fue reconocida con el premio González-Ruano de Periodismo, de la Fundación Mapfre. El jurado, que presidía Juan F. Layos, lo componían próceres del arte jónico y dórico, escrito y dibujado: Manuel Alcántara, Antonio Gala, Marcial Loncán, Antonio Mingote, Rafael de Penagos, Raúl del Pozo, Francisco Rodríguez Adrados, Vicente Verdú y Alfonso Ussía.

Ignacio Camacho trazó una raya, cuya onda pervivirá mortal y rosa: «Un premio que lleve el nombre de González-Ruano uno lo tiene que recibir como una condecoración, aunque no la merezca -sostiene el columnista y ex director de ABC-. El gran Alfredo Di Stéfano ya lo advirtió: «No la merezco, pero la trinco», cuando le dieron la medalla del Real Madrid. Por los premiados, por su historial, por el Jurado me llena de orgullo el premio González-Ruano. Y por la advocación bajo la que está». El columnismo es, para Ignacio Camacho, no descansar; un sitio y una frecuencia. Defiende el artículo los 365 días del año por su profundo respeto al lector que paga religiosamente un euro por su periódico, ora en invierno y verano, ora truene o llueva: «Umbral definía la columna como el soneto del periódico. Yo creo que toda la generación de cincuenta años para abajo somos hijos de Umbral», señala Camacho. ¿La mejor literatura se sigue haciendo en los periódicos? «Se escribe buena literatura en la literatura -Muñoz Molina, Mendoza, Marías, Prada... son excelentes escritores-, y se escribe también muy buena en los periódicos -repara a la perfección Ignacio Camacho-. Pero la materia prima de la realidad está superando a la materia de la ficción. Lo que hoy contamos en los periódicos es un material que difícilmente se podría elaborar únicamente de ficción».

No sabía Ignacio Camacho de la inmediatez del estado de salud de Umbral. La noticia de su muerte le golpeó personalmente porque hacia Umbral Camacho profesa una admiración muy especial: «Paco es para mí un hombre muy vinculado a mi vocación periodística -confiesa el columnista de ABC-. Obligatoriamente tenía que escribir ese artículo el mismo día de su muerte, e inmediatemente traté de rendirle un mínimo homenaje. El mejor premio sería poder seguir leyendo a Umbral, y aprendiendo de su magia y fulgor».
Personaje fértil y decisivo

Una de las cosas que a Ignacio Camacho se le han quedado pendientes en este oficio ha sido trabajar «más al lado» de Umbral. Ya coincidió con él una temporada breve en «El mundo», donde compartía una especie de consejo editorial cultural, y esa experiencia le supo muy a Paco, pero «muy a poco: en esos años Paco salía bastante, y era maravilloso y muy fértil escucharle. En mi vocación y formación profesional Umbral es personaje decisivo».

Como Larra, y Cavia, Camba, Pemán, Ruano... sublimes meandros del columnismo que ilustran grandes premios periodísticos: «Hay una generación que no es todavía perdida, pero está a punto de perderse casi por completo, en la que estaban Campmany, Umbral, Haro.. que se han ido, pero nos queda afortunadamente Manuel Alcántara, Antonio Burgos, Raúl del Pozo, Ussía, Martín Ferrand, Antonio Gala, etc..., y los jóvenes que vienen: Prada, Gistau... La renovación está garantizada», concluye un columnista que pidió, y le fue concedido, amparo a otro «dios padre» -Campmany- cuando trazó su primera raya en el agua desde el principio del verbo. O sea.

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